Era mi primer día de clases en la
universidad, decidí estudiar Informática, vi mi horario de materias y mi
primera clase que tuve en la carrera era “Abstracción Algorítmica” recuerdo
bien eso, no tenia ni idea de lo que era, las demás materias tenían nombres mas
familiares como matemáticas, física, electrónica, etc., pero ésa era un enigma.
Entré al salón, vi a mis nuevos compañeros, todas caras nuevas. El maestro
llegó con su portafolios, hicimos el protocolo de presentarnos todos, una vez
terminado con las formalidades el maestro impartió una clase que recordaría por
el resto de mi vida.
“Bueno jóvenes ésta es la clase de abstracción
algorítmica, ¿alguien sabe de qué se trata esta materia?”, reinó un silencio
absoluto en el salón, el maestro continuó: Bien, en esta carrera que han
decidido estudiar, gran parte de su tiempo lo van a utilizar en desarrollar
software, como saben el software es la mente o la materia gris de las
computadoras, que al igual que nuestros pensamientos son invisibles e
intangibles, son todos los programas y el sistema operativo que constituyen el
sistema de la Pc, sin ellos la computadora solamente sería un pisapapeles caro.
Continuo el maestro:
Pero para que ustedes puedan
desarrollar estos “programas”, necesitan cambiar su manera de pensar, necesitan
desarrollar su capacidad de abstracción, y de eso es de lo que se va a tratar
esta materia. Vamos a estudiar conceptos y cosas que no existen, que no podemos
ver y que solo existen en el mundo de la
mente, van a desarrollar su capacidad de crear desde la nada, mediante la razón
y apoyándose de la lógica procesos e ideas que influirán y resolverán problemas
en el mundo real.
Todos mis compañeros y un
servidor quedamos estupefactos. La clase tenía un no se qué de implicaciones filosóficas.
El profesor (quizás movido por el silencio incómodo de sus pupilos), se dignó a darnos una explicación
un poco más razonable:
“Bueno muchachos no es tan complicado
de lo que les estoy hablando, para que se den una idea de lo que trata esta
clase, aquí están dos ejemplos claros de conceptos abstractos, “el amor y las matemáticas”,
todos las conocemos, físicamente no existen ambas cosas, no las podemos ver ni
tocar pero influyen mucho en la vida real-.
El mismo amor aunque jamás lo hemos visto es el motor del mundo-espetó
el maestro-.
-Para desarrollar cualquier
programa, todo parte y se crea de lo abstracto, de nuestra capacidad que
tenemos en nuestra cabeza para crear e imaginar, si tenemos un problema que
resolver usando la computadora necesitamos enseñarle a la máquina el modo o
el “proceso” de cómo resolver ese
problema, estos procesos se llaman “algoritmos”, que son el corazón mismo de
todos los programas. Los algoritmos al
igual que las ideas nacen primero en su cabeza, estos deben de ser precisos y lógicos.
Los algoritmos son algo así como la receta de cocina de un platillo muy rico,
es una serie de pasos lógicos y ordenados para resolver un problema, el bañarse
por ejemplo es un “algoritmo”, ustedes primero se quitan la ropa, se meten a la
ducha, se secan y se ponen la ropa limpia, nadie en su sano juicio se mete a
bañar con ropa, se desviste después y luego sale a la calle desnudo -argumentó
el maestro-.
Cuando les deje de tarea realizar
algún programa- ya con mas familiaridad hablaba el profesor-, ustedes pondrán
en practica todo esto que les platico, algunos crearan magníficos programas muy
poderosos en pocas líneas de código fuente, este “código” son todas las “líneas
de instrucciones” (algoritmo) que forman el cuerpo del software, es por así
decirlo como el ADN del programa. Pero habrá otros por el contrario, que
ocuparan cientos e incluso miles de líneas de código fuente para darle a
entender a la computadora su idea, y aún así podría tener errores, “bugs” o en
el peor de los casos -vaticinó el maestro-, ni si quiera funcionará el programa, eso dependerá de la capacidad de abstracción
de cada uno de ustedes.
Así concluyo la clase de abstracción
algorítmica en ese mi primer día de clases, fue la materia que mas disfruté en
todo el semestre y aún hoy que ya trabajo, sigo recordándola con agrado, una
mezcla entre matemáticas con lógica y filosofía. Una materia que te enseña a
crear desde lo abstracto e irreal.