Silent Hill 3
Érase una vez, un
monstruo que vivía a las puertas de un pueblo. Era un monstruo muy malo que
daba mucho miedo. Atrapaba a la gente y la aplastaba con sus grandes dientes. A
los vecinos del pueblo les asustaba el monstruo, y nadie se atrevía a acercarse
a las puertas. Todos se quedaban dentro del pueblo. Cuando el rey se enteró de
esto, mandó llamar a sus caballeros. Los caballeros cabalgaron dispuestos a
derrotar al monstruo.
"¡Ja! ¡Toma!" Sus espadas
acuchillaron y sus lanzas arrojaron, pero el monstruo no moría. El monstruo se
echó a la boca a los caballeros, uno a uno incluidos los caballos. ¿Qué iba a
hacer el rey? Se inquietó y se preocupó y caminó nervioso, pero no hallaba
solución. Poco después, la sacerdotisa del pueblo acudió al castillo. Era una
persona buena y amable. El rey le pidió que derrotase al monstruo que vigilaba
las puertas.
La sacerdotisa aceptó la petición del
rey y se dirigió a las puertas del pueblo. Al ver al monstruo, trató de
convencerlo con palabras en lugar de matarlo. "¡Cierra el pico! ¡Te voy a
comer! El monstruo no escuchó una sola palabra de lo que la sacerdotisa dijo. Pero
ella seguía intentando convencer al monstruo: "No está bien comerse a la
gente, sabes", el monstruo se enfureció al oírla y la atacó, matándola de
un solo golpe.
El rey y sus súbditos derramaron
lágrimas al morir la amable sacerdotisa. Dios se apiadó de ellos y
concediéndoles sus deseos, curó a la sacerdotisa. La sacerdotisa abrió los ojos
como había hecho cada mañana de su vida. Y volvió una vez más a la guarida del
monstruo. "¡Estúpida! ¿Quieres morir de nuevo?" "No... esta vez
te toca a ti", la sacerdotisa había ido a derrotar al monstruo de una vez
por todas. Al ser tan amable la sacerdotisa, sintió tristeza por tener que
cumplir con su tarea. Pero había que hacerlo. "Las espadas y lanzas no
servirán, las flechas y balas rebotarán, no puedes matarme," dijo entre
risas el monstruo. Pero la sacerdotisa no usó ni espada ni lanza, sino que
entonó un único hechizo:
"TU FUI, EGO ERIS" ¿Sabes qué
pasó entonces? El monstruo soltó un enorme grito ¡y luego murió y desapareció! y
de este modo los aldeanos pudieron utilizar una vez más sus puertas. Todos le
mostraron su gratitud a la sacerdotisa, y vivieron felices por siempre jamás.
Tu Fui, Ego Eris es una frase que se lee en una de las notas esparcidas por el Centro Hilltop y que forman un cuento de tres partes del videojuego Silent Hill 3. Está escrita en latín y se traduce como: "Lo que eres yo fui, lo que soy tú serás". La frase la pronuncia Heather Mason, después de haberla leído en el final del cuento, para hacer que el monstruo Glutton desaparezca. Hasta que no se pronuncien estas palabras, el monstruo permanecerá obstaculizando la salida, siendo además imposible de dañar. Tomo este pequeño cuento para ponerlo como actividad para la clase de lectura.