20 de febrero de 2024
han pasado casi 5 años desde que me gradué de la universidad, mi proyecto de vida. Ahora a mis 40 años empiezo a sentir, a veces, una tristeza inexplicable, a veces siento que sólo actuo en automático a realizar mi trabajo y vida cotidiana, como un payaso que tiene que entrar a escena y divertir a la muchedumbre y poner una cara sonriente aunque sólo es actuado, porque ante todo y como dicen por ahí, la función debe continuar.
40 años, historiador, soltero, sin hijos, vivo solo, casa propia, con una salud mental un poco exigua; trabajo como camarero, si bien mi trabajo es lo que me mantiene vivo y me mantiene cuerdo, a veces, es duro levantarse a encarar el mundo. A veces pareciera que soy el personaje de un videojuego y que alguien o algo superior a mí me ayuda y doy gracias por ello.
Estoy en la actualidad en proceso de entrar a estudiar la maestría, he presentado algunas complicaciones y espero ingresar, si no lo logro, trataré de buscar otras opciones; quizá ya debería dejar el trabajo de camarero y ser profesor de historia, pero un cambio tan trascendental no siempre es fácil.
Hay que salvar a esteban, ya lo volvimos un sabio y exitoso profesionista, recrobamos su salud física, lo más difícil ya lo hicimos.
Pero pase lo que pase: LA FUNCIÓN DEBE CONTINUAR
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