domingo, 20 de junio de 2021

Teoría de la simplicidad

Esto me apasiona porque me parece que su vida se vuelve cada vez más tecnológica, hay más y más opciones y más complejidad a nuestro alrededor, y siento que no conduce a la satisfacción o el bienestar.

Los físicos hablan mucho acerca de la teoría de la complejidad, sobre cómo entender las reglas simples pueden generar patrones muy complejos.

Un ejemplo son las dunas, esas ondulaciones de arena que se alejan y se dividen y se unen.

Hay un proceso muy simple detrás de eso, que es un grano de arena se levanta en el viento y el viento se lo lleva cada vez más rápido y luego, cuando aterriza, golpea otros granos de arena que salen volando, el viento los acelera y se crea ese efecto de contagio.


Ese proceso pequeño y sencillo crea esa hermosa evolución de las ondulaciones en las dunas de arena.


Es así como las reglas simples pueden dar lugar a comportamientos complejos, y hay varios modelos de complejidad. 


Pero, a pesar de esfuerzos, aún no tenemos una teoría de la simplicidad: no sabemos cómo describirla matemáticamente, y mucho menos, construirla.

Una posible idea es que esté relacionada con la capacidad de adaptarse fácilmente a diferentes entornos, con encontrar las piezas fundamentales con las que podamos construir lo que necesitamos en situaciones distintas.

Al mismo tiempo, ese sistema quizás sería pequeño, pues no querríamos que el número de configuraciones posibles -el número de formas de poner los bloques juntos- fuera astronómicamente grande. 

Al tener demasiadas opciones gastas mucha capacidad intelectual tratando de encontrar la mejor y a veces te hace menos creativo.

La música, con sus 7 notas, es un lindo ejemplo de cómo a veces las restricciones pueden hacernos más creativos.


martes, 15 de junio de 2021

Otro mundo es posible

 


Muchas veces me he puesto a pensar si podemos hacer de este un mundo mejor, eliminar las injusticias y la maldad para siempre, convirtiendo este mundo en un verdadero paraíso. El ser humano por naturaleza intrínseca tiende a buscar su beneficio personal pero ¿de algún modo podemos llegar a vencer nuestra propia naturaleza?  Quizá nunca podamos hacerlo, pero tal vez y sólo tal vez podremos llegar a reducirla a su mínima expresión. Si Thomas Hobbes teorizaba un terrible Leviatán para imponer el orden en el siglo XVII, cuatro siglos después quizá tengamos que crear otro monstruo todavía más poderoso y omnipresente.

miércoles, 2 de junio de 2021

Qué es el satanismo, explicado por un satanista

Resumiré de manera muy breve que es el satanismo...


Es muy similar al humanismo secular en el sentido que enaltece las habilidades humanas y dentro de la doctrina se cree que el típico humano es algo que debe ser trascendido, filosofía muy similar a la de Nietzsche en su descripción del Super hombre o "Übermensch"


La definición de magia utilizada en el satanismo simbólico no es la definición popular, sino que se refiere a todo aquello que podemos controlar o sesgar a nuestro favor sin conocer a fondo su naturaleza, un ejemplo podría ser la manipulación sentimental cuando no se es psicólogo, simplemente es algo que te sale bien sin saber cómo lo haces.


En cuanto a la vida social el satanismo promueve la individualidad, pero no una individualidad egoísta, sino una cooperación autónoma, en la que si se puede vivir en sociedad pero son depender cien por cien de los demás...una frase dentro de la propia Biblia satánica dice que " el satanista en su búsqueda de la realización siempre termina dando frutos dulces para el mundo", palabras más, palabras menos, refiriéndose que una persona individual y realizada siempre acaba por aportar al mundo de manera natural....


En lo espiritual el satanismo es ecéptico de lo sobre natural, pero sabemos que hay cosas que desconocemos, para un satanista lo único importante es el aquí y el ahora, no hay vida después de la muerte así como no la hubo antes del nacimiento.


Posteado el 1 de junio de 2021

en el grupo la Trinidad


Hisa

 

Eran las 6 de la tarde y comenzaba a oscurecer, rayos no debí alejarme tanto a jugar, se seguía diciendo en su mente hisa, la pequeña niña ciega del zapataero, ella había tenido la desgracia de haber nacido ciega, a sus escasos 14 años jamás había podido contemplar un atardecer o el verde del campo, todo lo maravilloso que er el mundo era desconocido para ella, lo que llegaba a saber del mundo que lo rodeaba era a través de los sonidos, los aromas, y el resto de los sentidos que aun poseía. Aquella tarde había salido a jugar con sus vecinos, pero se alejaron un poco más de la cuenta, ella sin quererlo se adentro un poco más hacia el bosque y terminó perdiendo a sus amigos, ya comenzaba a oscurecer, y sus amigos estaban preocupados por hisa, la buscaron por los alrededores pero no la hallaban, y temían adentrarse mucho en el bosque y más comenzando a oscurecer, pues las historias y leyendas del pueblo se referían que en ese bosque tan denso que rodeaba la parte este de la aldea estaba atestada de peligros, tanto humanos como sobrehumanos, así que al caer la noche los amigos de hisa muy desilusionados regresar a casa al no poder hallarla, fueron hasta casa de su padre y compungidos  le comentaron todo lo ocurrido, su padre no daba crédito de lo ocurrido, muy valiente se lanzó él sólo a buscarla con una lámpara, ningún vecino por muy amigo del zapatero quiso acompañarlo, nadie se atrevía ir a ese lado del bosque de día, mucho menos en la noche, pero todos sus esfuerzos fueron infructuosos, al cabo de la medianoche sin poder hallarla regreso deshecho a su casa, hacía tres años había perdido a su esposa, ahora perder a su única hija, lo que le quedaba de su familia, era inaceptable. Hisa siguió caminando sin rumbo fijo, adentrándose cada vez más en la espesura del bosque, estaba cansada, tenía hambre, sed y sobre todo estaba aterrada, quería mucho volver  a casa, había perdido completamente la orientación. Llego hasta una casa, con sus manos comenzó a palpar las paredes y rodearla, sí era una casa, muy rudimentaria hecha de piedras y barro pero una casa al fin y al cabo, se sintió aliviada después de horas de caminar sin rumbo, toco lo que ella creyó era la puerta, toco una primera vez esperando que alguien la abriera, nadie respondía, toco una segunda vez y sucedió lo mismo, hina comenzó a preoucoarse, quizás nadie se encoentraba y tuviera que pasar la noche sola en el bosque, volvió a tocar con mayor fuerza una tercera vez y se quedo parada firmemente esperando a que alguien le abriera, comenzó a oir ruido dentro de la casa-que bueno, sí hay alguien adentro- pensó ella para sus adentros, después de un momento se oyó girar la cerradura de la puerta y alguien abrió, pero sea quien fuera la persona que abrió no le decía nada a hisa, así que ella se presentó: Buenas noches, disculpe me llamo hisa, no puedo ver, soy ciega de nacimiento, hoy en la tarde salí con mis amigos a jugar y me perdí en el bosque, estoy perdida desde ahce horas-, la persona dentro de la casa parecía oir lo que hisa decía pero no respondía una sola palabra, hisa comenzaba a preocuparse, así que le volvió a insistir: disculpe podría ayudarme?- ¿ayudarte? Respondió con tono extrañado aquella persona, ¿Por qué habría de ayudarte?- hisa muy tranquilamente le respondio: porque las personas son buenas, y se ayudan mutuamente para resolver sus problemas, a las personas les gusta ayudar a los demás…Aquella persona algo pensativa se tomó su tiempo para responder a lo que él, después de un considerable rato dijo: a mi nunca me ha ayudado nadie, y para ser sinceros, hasta el día de hoy nadie me había pedido ayuda. Hisa se quedo algo pensativa y le volvió a repetir: ¿disculpa entonces si vas ayudarme?, a lo que la otra persona le respondío, ¿y como podría yo ayudarte?, ya un poco más calmada la niña le dijo tranquilamente que podría llevarla de regreso a su aldea o decirle algún vecino o vecina que lo hiciera. El extraño personaje, siempre tomándose su tiempo para contestar le dijo que eso no era posible, porque no tenía ningún vecino, y haciendo memoria le dijo que tenia muchiisimo tiempo desde que no veía a otra persona, porque las personas no solían adentrarse tanto en el bosque, salvo bandidos o criminales, pero rara vez llegaban hasta donde él vivía. Hisa preocupándose un poco le dijo que si no podía llevarla él de regreso, inmediatamente y sin pensarlo respondio tajante que NO, era ya muy noche, estaba oscuro y además a él no le gustaba alejarse tanto de su casa, al parecer se sentía seguro viviendo en lo más profundo del bosque. Ella con algo de vergüenza le pregunto si podía pasar esa noche en su casa, ya era noche para andar ella sóla en el bosque. El extraño se quedó callado un momento, esto era una situación inusual para él, nunca había hablado tanto con otra persona, hasta donde él tenía memoria, siempre había vivido sólo en el bosque, y rara vez cuando veía a otra persona, ésta se alejaba rápidamente, algo pensativo siguió cavilando esto en su cabeza. Hisa comenzó a rogarle, ésta era la primera vez que alguien se acercaba sin miedo hablar con él, viendo que la niña no era ninguna amenaza la invito a pasar, ella muy aliviada entró, él la tomó de la mano y la llevo a la mesa, él se sentó y le pregunto: ¿Me repites tu nombre? Hisa y el tuyo, nunca lo había pensado, creo que no tengo nombre, nadie me llama jamas..¿no tienes nombre?, eso es muy raro, todos tienen un nombre, si pero todos les llaman otras personas, a mi no me llama nadie, por eso nunca nadie me llama de ninguna forma…algo sorprendida la niña le pregunto porque vivía tan sólo, él no supo que responder, sólo se limitó a decir siempre había vivido ahí, y nunca había tenido la necesidad de salir más lejos, pues tenía todo lo que necesitaba cercas de su hogar. Hisa escuchaba pero seguía sin comprender, pero muriéndose de hambre le pregunto a su nuevo amigo sino tenía algo para comer, éste respondió que sí, le acerco comida a Hisa, ella se acercó a olerla pero no pudo identificar el olor, le preguntó que era y éste le respondió, son teops, o al menos así las llamo yo, son una especie de frutos que dan unos árboles no muy lejos de aquí, ella sujeto uno de esos teops, volvió acercerselo a la cara para volver a olerlo, su textura era dura y lisa, le dio una primera mordida y comprobó que estaba delicioso, tenía un sabor agrio y dulce pero muy rico, alcanzó a comer algunas más hasta que quedó satisfecha. Le dio las gracias a su nuevo amigo y le pidió si puediera llevarla a un lugar donde dormir, estaba agotada y ya era muy tarde, él la tomo de la mano y la llevo a una especie como de sofá, al tomar su mano ella se dio cuenta que era muy aspera, y por su volumen debió de ser muy alto, pero ya era muy noche para preguntas, así que se recostó y quedo profundamente dormida. Su padre por otra parte no pude dormir aquella noche, seguía muy preocupado por su hija desaparecida..

Llego el alba  y los pajaros anunciaban el nuevo día, hisa se despertó como siempre alrededor de las 9 de la mañana, como hacía de costumbre, por eso pudo medir el tiempo, llamó a su amigo pero nadie le respondió, escucho ruido fuera de la casa, a tientas y apoyándose sobre las paredes y lo que ella sentía como muebles llego a la puerta, giro la perilla y salio acercándose de donde provenía ese ruido, ¿disculpa eres tu? Pregunto Hisa, -Si soy yo-, se quedaron unos momentos en silencio y su amigo volvió a retomar su actividad..-¿Qué haces?- Cortando leña para el fuego. Se volvieron a quedar en silencio un momento mientras él seguía trabajando, -disculpa – volvió a interrumpirle hisa, podrías ayudarme a volver a mi casa, -claro-, te guiaré hasta lo más lejos que he llegado del bosque, pero no me alejaré un paso más, -hisa muy agracedicda le dio las gracias a su amigo-, pero es un largo trayecto, te alejaste mucho, tardaremos por lo menos un par de horas, -no hay ningún problema respondió- hisa, bien, pero antes tenemos que comer algo, no suelo caminar demasiado, y las pocas veces que lo he hecho me da mucha hambre, así que comamos antes de partir. Volvió a tomarla de  la mano y la llevo hasta la mesa, su amigo le volvió a servir las mismas teops de la noche anterior, ¿te gustan mucho cierto? Le pregunto hisa, -pues algo- además por aquí se dan mucho. Terminado de desayunar emprendieron el viaje de regreso a casa, durante el trayecto él permaneció en silencio, sólo hablaba cuando hisa le formulaba alguna pregunta…

¿entonces no tienes nombre?

No ya te dije que no…

Mmmm eso no está bien, todo el mundo necesita un nombre. ¿Te puedo llamar de alguna forma?

Él: Como quieras.

Que te parece Felipe, -NO-

Gudberto, -NO-

Fernando- Tampoco-

Porque no te gusta ninguno de esos nombres. –Son nombres muy largos, quiero un nombre corto-

Mmmmm veamos qué te parece “K”, ese me gusta y es fácil de recordar, ¿Por qué elegiste ese nombre?, pues es la letra del alfabeto que más me gusta, y casi nadie la usa. Me grada eso musito K.

Bien llegamos, hasta aquí es lo más lejos que puedo llegar, si sigues caminando derecho llegarás a tu aldea en poco menos de una hora. Hina muy amablemente agradeció la gentileza  de su nuevo amigo y antes de partir comenzó hacer algo muy extraño para K.- ¿Qué estás haciendo, porque juntas así los labios?- pregunto extrañado K, -trato de darte un beso en el cachete, tienes que inclinarte para que te lo de-, tienen costumbres muy extrañas del otro lado del bosque pensó K, se acercó al rostro de hina y ella con sus manos palpó la mejilla de su amigo, la sintió muy áspera y dura pero aún asi se despidió de él. Ella ya iba unos pasos adelante y ahora K fue quien por primera vez le hizo una pregunta: ¿hina, volveré a verte otra vez?, yo espero que si respondió ella, puedes venir a la aldea y preguntar por mi nombre, todos me conocen y no es difícil encontrarme, con su mano dio un gesto de despedida y emprendió su camino.

Cuando Hisa llegó su aldea los vecinos corrieron a avisarle a su padre, éste cuando la vio la abrazo y por fin su espíritu pudo descansar, ya adentro de su casa ella le contó todo lo sucedido a su padre, no daba crédito a lo que escuchaba de su hija, era una historia bastante inverosímil para ser creída, una persona sin nombre que en lo profundo del bosque, alimentándose de frutos desconocidos, era poco creíble, pero por otro lado, su hija jamás le había mentido, así que su padre prefirió no hablar más del tema y ya no dejo salir a su hija tan lejos de casa.

 

Paso 1 año de lo ocurrido y la vida pasaba con tranquilidad en la aldea de hisa y su padre, pero la calma se vio interrumpida con un brote de pánico general, sin saber el motivo del alboroto la gente corría y se escondía dentro de sus hogares, otros por el contrario corrian lo más lejos que pudieran, el padre de hisa salió de su casa para preguntar qué pasaba, un horrorizado aldeano alcanzó a balbucearle algo pero salió corriendo sin aclararle nada, otro muchacho paso corriendo,  un poco más ecuánime logró decirle que una cosa había salido del bosque, no sabían exactamente qué era, sólo decían que era horrible y quizá peligroso, el padre de hisa siguiendo el ejemplo de todos se encerró en su casa. Paso adentro todo el día con su hija, cayó la noche y toda la aldea permanecía dentro de sus hogares sin siquiera asomarse por la ventana. Al otro día atemorizados los aldeanos se asomaban fuera de sus casas para contemplar que esa cosa seguía ahí, no se sabía exactamente que era, si era humano o no, es difícil describirlo, solamente aquella cosa causaba horror y pánico al verla, pero esa cosa seguía ahí, decidieron esperar otro día más los aldeanos dentro de su casa para ver si se iba, pero ese extraño ser parecía no tener intenciones de irse pero nadie se atrevía a salir, al tercer día muy de mañana Hisa comenzaba a impacientarse, al ser ciega era ajena al pánico general , así que decidió salir de su casa antes que su padre se despertará a hablar con esa cosa que asustaba a todos. Usaba una vara a modo de bastón para guiarse, siguió caminando hasta que se topó con eso, comenzó a palparlo con sus manos, no le encontró forma de ningún ser vivo que ella pudiera reconocer, pero su textura le era familiar:

¿eres tu verdad K?

Si soy yo,

¿Qué haces tan lejos de tu casa?

Tenía ganas de verte hisa. Eres la única persona que conozco

También me da gusto volver encontrarme contigo, pero dime una cosa, Exactamente que eres tú?, humano creo que no, asustas a toda la aldea, menos a mí que no puedo verte…

No lo sé, creo que no soy humano, no me parezco a ustedes…

¿Cómo es que sabes hablar como nosotros?

¿No lo sé, simplemente se hablar?

¿Cuántos años tienes?

No se contar el tiempo, lo que sí sé es que tengo muchos ayeres.

Seas humano o no, de lo que si estoy segura, es que no eres malo, si estoy viva es gracias a ti, jamás hubiera encontrado sola el camino a casa.

 


No sé porqué escribí esta historia el 7 de febrero de 2019